Mantequerías Bermejo
Calle Zaragoza 2
28012 Madrid
teléfono… 913664287
Hace esquina con la calle San Cristobal.
Al lado de la Plaza Mayor
y del Palacio de Santa Cruz.
Carlos, es el encargado y alma de la mantequería.
Un hombre amable y educado, siempre dispuesto y al que se agradece su infinita disponibilidad.
Desde que se hizo cargo, hace ya unos años,
el sitio parece otro.
Se nota y se siente su dedicación y el cariño
con que trata su tienda y a su clientela.
Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio
con precisión y limpieza..
Empresa difícil, ya que la tienda es muy pequeña
y está a rebosar
de botellas con vinos y licores,
legumbres: garbanzos, lentejas, judias...
Frutos secos variados
y dulcería a granel con especial dedicación a la hecha artesanalmente, como las magdalenas
y dulces de las monjas de los conventos.
y dulces de las monjas de los conventos.
Dulces de toda España:
Mentiras de Madrid,
pestiños de Córdoba,
ciegas de Valladolid,
empanadillas de Almagro...
Mentiras de Madrid,
pestiños de Córdoba,
ciegas de Valladolid,
empanadillas de Almagro...
miguelitos, hojaldres, tortas, sobaos, pestiños,
ciegas, magdalenas, galletas…
Con azúcar, sin azúcar...
Fruta glaseada para roscones y bollería,
o sus famosos naranjines, que siempre
le compro a mi madre…
Desde 1924, ya van 90 años volviendo locos a todos los golosos que osan pasar por la puerta
que cuando ven el expositor gira que te gira
pasan sin llamar al increíble paraíso de la dulcería.
Deberías probar, caer en la tentación
porque es un placer,
porque es un placer,
donde los sentidos se disparan
y provocan placeres múltiples.
...Los recuerdos de la vida amorosa de un joven se componen de muslos, brazos, gestos, movimientos... Cuando el rostro aparece entre los demás miembros del cuerpo, termina la pubertad y empieza la edad madura del hombre...
...Una soledad gélida me envolvía. Era algo más que la soledad del extranjero, surgía de mi interior, de mi ser, de mis recuerdos; era la soledad sin esperanzas que caracteriza al escritor. Mis hermanos culturales avanzaban o retrocedían cada uno por su propio camino; sólo nos comunicábamos mediante señales luminosas...
...En esa época aún ardía en mi interior la llama resplandeciente de la alegría pura del erotismo, que me permitía entregarme al amor sin sentir remordimientos ni rechazo. La extraña sensación de tener que huir del “escenario del crimen” tras hacer el amor todavía no se había apoderado de mí. Cogía todo lo que Berlín me ofrecía con las dos manos, sin temores ni dobles intenciones... Existen ciertas épocas en la vida en las que el hálito del erotismo es claramente perceptible en una persona que anda entre los demás como un elegido, como alguien a quien no se puede ni ofender ni ensuciar...
...La atmósfera de Londres era erótica; Londres es quizá la única ciudad del mundo con una atmósfera erótica inconfundible. En París la gente se besaba en la calle y hacía el amor en los cafés..., pero el erotismo es algo oculto y rodeado de secretos; el erotismo es siempre el dessous, nunca la desnudez.
En Londres no he visto ni un beso dado en una mano en público que durase un segundo más de lo debido o se prolongase de cualquier forma. Más la ciudad rebosaba erotismo y en la niebla se oían gritos de placer…
Cosas de Sándor Márai... y el erotismo