se hace saber que Carmen nos da de comer todos los días por 7€.
En el centro de Madrid, en la calle Santiago 14.
Tenemos a elegir, un primer y un segundo plato. Un menú de llegar, conocer, elegir, cocinar y llevar. Todo muy limpio y escamondao.
Comida casera, casera.
Yo la he probado y está muy rica, bien hecha, sin grasaza, sabe a hogar.
Eso si comes a la carta, porque sino tienes otros manjares que poder llevar.
Muy aconsejable para los perezosos, gente con prisas o para los que no saben o no les apetece cocinar. La despensa de Carmen una buena solución.
Carmen, Carmen, Carmen...
sabías que...
Karmele, Karmiñi, Carme, Carmina, Carmela, Carmiña, Mamen, Maica de Maria del Carmen...
Después de María,
es el nombre preferido por los españoles.
Proviene del hebreo (Har ha'Karmel) y su significado es 'Jardín de Dios'.
También se dice que proviene del vocablo árabe karm cuyo significado es 'viña', 'parra', 'cepa' o 'vid'. Y tiene una derivación latina, lengua en la que posee varios significados como 'canto', 'poema', 'música', 'oda', 'conjuro' o 'hechizo'.
El nombre Carmen tiene su origen en el monte de la antigua Palestina (Israel), situado entre Galilea y Samaria, conocido como Carmel o Carmelo, monte sagrado para los sirios.
La tradición carmelita dice que una comunidad de ermitaños judíos pobló el monte durante los tiempos del profeta Elías.
En este monte, un grupo de peregrinos o ermitaños fundó en el siglo XII la Orden religiosa católica de los Carmelitas. Cuando los carmelitas abandonaron el monte debido a la invasión árabe, la Virgen se les habría aparecido, prometiendo convertirse en estrella de mar, de ahí que la Virgen del Carmen sea la patrona de los marineros.
De ahí surgió la advocación y la devoción a la Virgen María del monte Carmelo, cuyo culto fue extendido por la Orden religiosa de los Carmelitas en el mundo cristiano durante el siglo XIII.
La Virgen del Carmen fue elevada a la categoría de Stella Maris (Estrella del Mar) y a ella se encomendaban los navegantes y los pescadores.En la actualidad, es la patrona del mar y de los marineros y también de la Armada Española.
Celebran la onomástica, el cumpleaños, el 16 de julio.
Pero nuestra Carmen más famosa es esta:
Cecil B DeMille...1915
La deProsper Mérimée. Escrita en 1845 y publicada en 1847 . Sirvió de inspiración para el libreto de la ópera homónima de Georges Bizet.
Luis César Amadori... 1943
"Carmen" la famosa opera-comique en cuatro actos de Georges Bizet Se estrenó el 3 de marzo de 1875 en La Ópera Comique de Paris. Fue un gran fracaso, pero el tiempo la redimió y hoy es la ópera francesa más conocida e interpretada de todos los tiempos.
Carlos Saura...
Personajes... Carmen una gitana empleada de la fábrica de cigarros de Sevilla. Don Jose un enamorado cabo navarro del Regimiento de Dragones de Alcala . Micaela una joven navarra prometida a Don José. Escamillo un torero de Granada. Frasquita y Mercedes un par de gitanas, Zuñiga yMorales teniente y sargento respectivamente del Regimiento de Dragones de Alcala.
Francesco Rosi... 1984
Localizaciones: Sevilla y sus calles, su fabrica de tabaco, su cuartel, taberna , plaza de toros.
Vicente Aranda... 2003
Una historia de amor,celos, locura, seducción, desamor y muerte. Un amor obsesivo y no correspondido que termina en tragedia.
Puerta del Sol, 12 28013 Madrid Tel/Fax: +34 91-522 66 43
Mesoneros Romanos, 4 28013 Madrid Tel: +34 91-531 02 23
casadediego.net y .com
Un abanico puedes utilizarlo todo el año y si es de calidad dura para toda la vida.
Es un complemento elegante y seductor. Lo utilizamos las mujeres y algunos hombres. El resto deberían probarlo y añadirlo a sus complementos masculinos de cabecera.
En Casa de Diego no sólo hay abanicos, también puedes encontrar paraguas, sombrillas, bastones, mantillas, velos, peinetas...
Las personas nos comunicamos para relacionarnos y podemos utilizar lenguaje verbal: que es el que nos permite la comunicacion mediante la escritura o en forma oral o lenguaje no verbal: que nos permite comunicarnos sin utilizar palabras o sonidos.
Verbal...
que podemos realizarla ... con palabras o letras. Hablada (hablando, gritando, con silbidos, llantos, risas) o escrita (letras alfabetos, signos, ideogramas, jeroglíficos, siglas, graffiti, logotipos...)
Para interpretar correctamente los mensajes escritos es necesario conocer el código, que ha de ser común al emisor y al receptor del mensaje.
No verbal...
que acompaña, completa, modifica o sustituye en ocasiones al lenguaje verbal y varían según las culturas.
Puede ser un lenguaje iónico... códigos universales (sirenas, Morse, Braylle, lenguaje de los sordomudos), códigos semiuniversales (el beso, signos de luto o duelo), códigos particulares o secretos (señales de los árbitros deportivos).
Lenguaje corporal... nuestros gestos, movimientos, el tono de voz, nuestra ropa e incluso nuestro olor corporal también forman parte de los mensajes cuando nos comunicamos con los demás.
El lenguaje de los abanicospertenece al lenguaje no verbal iónico y corporal, al coqueteo clandestino, a la estrategia de la seducción.
Ha sido utilizado por las mujeres desde finales del siglo XVII para relacionarse clandestinamente con los hombres,
así podían esquivar a las carabinas, osea a las madres o señoritas de compañía de la jovencitas en edad de merecer, que velaban por su buen comportamiento.
Es un lenguaje clandestino, entre tú y él, por eso hay que utilizarlo como las señas en el mus... con discrección para que no te vean porque si te pescan se puede armar y adiós coqueteo.
1. Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.
2. Abanicarse lentamente. Abanicarse de forma pausada, significa soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio significa esto.
3. Cerrar despacio. Este cierre significa un "Sí". Si se abre y cierra rápidamente significa, "Cuidado, estoy comprometida".
4. Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un "No".
5. Caer el abanico. Dejar caer el abanico significa: te pertenezco.
6. Levantar los cabellos. Si levanta los cabellos o se mueve el flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que no te olvida.
7. Contar varillas. Si cuenta las varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con nosotros.
8. Cubrirse del sol. Significa que eres feo, que no la gustas.
9. Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa "Si". Sobre la mejilla izquierda es "No".
10. Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante, malos presagios. Si se lo da a su madre, quiere decir "Te despido, se acabó".
11. Dar un golpe. Un golpe con el abanico sobre un objeto, significa impaciencia.
12. Sujetar con las dos manos. Si sujeta el abanico abierto con las dos manos, significa "es mejor que me olvides".
14. Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa "Te quiero". Si se cubre el rostro puede significar "Cuidado, nos vigilan.
15. Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos significa, Lo siento. Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, "Cuando te puedo ver".
16. Abrir el abanico y mostrarlo. Significa, "Puedes esperarme".
17. Cubrirse la cara. Cubrirse la cara con el abanico abierto, significa: Sígueme cuando me vaya.
18. A medio abrir. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios quiere decir "Puede besarme".
19. Apoyar los labios. Si apoya los labios sobre el abanico o sus padrones, significa desconfianza, "No me fío".
20. Pasarlo por la mejilla. Significa, "Soy casada".
21. Deslizarlo sobre los ojos. Significa: "Vete, por favor".
22. Mano izquierda. Llevarlo en la mano izquierda quiere decir: "Deseo conocerte". Moverlo con la mano izquierda significa: "Nos observan".
23. Mano derecha. Llevarlo o moverlo con la mano derecha, significa: "Amo a otro".
24. Pasarlo de una mano a otra. Significa, "Estás flirteando con otra" o "Eres un atrevido".
25. Girarlo con la mano derecha. Significa: "No me gustas".
26. Tocar la palma de la mano. Quiere decir: "Estoy pensando si te quiero".
27. Sobre el corazón. Apoyar el abanico abierto sobre el corazón o el pecho, quiere decir: "Te amo" o "Sufro por tu amor".
28. Darse en la mano izquierda. Darse un golpe con el abanico cerrado en la mano izquierda significa "Ámame".
29. Mirar dibujos. Mirar los dibujos del abanico, quiere decir: "Me gustas mucho".
30. Bajarlo a la altura del pecho. Significa: "Podemos ser amigos". También dejarlo colgado, quiere decir "Seremos amigos".
31. Cerrarlo sobre la mano izquierda. Quiere decir: "Me casaré contigo".
32. Saldré. Ponerse en el balcón con el abanico abierto o salir al balcón abanicándose. También entrar en el salón abanicándose.
33. No saldré. Dejarse el abanico cerrado en el balcón, salir al balcón con el abanico cerrado, o entrar en el salón con el abanico cerrado.
34. Arrojar el abanico. Quiere decir: "Te odio". o "Adiós, se acabó".
36. Sobre la oreja. La izquierda. "Déjame en paz no quiero saber nada de ti". La derecha, "No reveles nuestro secreto".
37. Contar o abrir cierto número de varillas. La hora para quedar en una cita, en función del número de varillas abiertas o "tocadas".
Si entre coqueteo y coqueteo necesitas descansar cuélgate el abanico en un colbani. Porque tú lo vales...
En abanicos hay verdaderas maravillas, como éste abanico con lente. Lleva insertada, a modo de clavillo, una lente de aumento al
estilo del "zoom" actual, que servía para observar a distancia,
sujetando con la mano el abanico cerrado como si fuera el mango del
prismático.
“Estamos en la era de la simulación y la seducción es la única posibilidad de ir más allá de esta simulación. La seducción como la máxima expresión de lo femenino y la producción de lo masculino”.
Baudrillard nos lleva a través de sus reflexiones por el laberinto de la seducción como estrategia de las apariencias y como proceso reversible que acapara muchas esferas sociales.
De la seducción... Jean Baudrillard... Ed. Cátedra...1989... 170 página... 16,90€
Contra produccion, seduccion. De la seduccion es un libro perverso, en el sentido de que pervierte el orden de los terminos. La seduccion vela sin parar para destruir el orden divino y sigue siendo para todas las ortodoxias el maleficio y el artificio, una magia negra de perversion de todas las verdades. La seduccion se situa mas alla de todo movimiento que piense que es posible subvertir los sistemas por sus infraestructuras. "La seduccion es mas fuerte que el poder porque es un proceso reversible, mientras que el poder se quiere irreversible, como el valor y, como el, acumulativo e inmortal."
Todavía
recuerda el comienzo del libro:Como mi apellido es Pirrip y mi nombre
de pila Felipe, mi lengua infantil, al querer pronunciar ambosnombres, no fue capaz de decir nada más largo ni más explícito que Pip. Por consiguiente, yo mismo me llamaba
Pip, y por Pip fui conocido en adelante...
Y el final:Somos amigos dije levantándome e inclinándome hacia ella cuando se levantaba a su vez. Y continuaremos siendo amigos, aunque vivamos lejos uno de otro dijo Estella. Yo
le tomé la mano y salimos de aquel desolado lugar. Y así como las
nieblas de la mañana selevantaron, tantos años atrás, cuando salí de la
fragua, del mismo modo las nieblas de la tarde se levantaban ahora, y en
la dilatada extensión de luz tranquila que me mostraron, ya no vi la
sombra de una nuevaseparación entre Estella y yo.FIN
Casi se lo sabe de memoria. Es su cuento favorito, y siempre lo oía a la luz de
la lumbre de sus voces más queridas: Adolfo y María Luz, sus padres.
Soñar
no cuesta nada y Pip y Adolfo son dos soñadores, dos luchadores, dos
hombres que caminan en la misma dirección: hacer realidad sus sueños.
Adolfo, como Pip,
es un luchador que sabe sortear las trampas de la vida y
volver al Km 0 con una sonrisa, si lo que está en juego es su arte, su libertad.
Adolfo Arenas Alonso, born in 1972, illustrator specializing in
graphite and decadence .... I'm from Seville, currently work in
everywere.adolfoarenasalonso@gmail.com
Dickens, Adolfo...
dos mentes privilegiadas y siempre en ebullición. Dos mundos que impresionan y dos militantes contra la indiferencia.
Dos nombres con presente, y dos firmas del futuro
Capaces de conmovernos,
emocionarnos,
alegrarnos, seducirnos,
enamorarnos,
y levantarnos una sonrisa por su ironía y humor.
Adolfo es
vida, es Sevilla, su familia, la gente que quiere, pero su arte está
allí dónde le reclaman... En la Toscana, la bella Italia acaba de finalizar
su
reencuentro con la escultura,
dando vida a sus dibujos,
forma a sus
criaturas.
Sevilla, Madrid... Londres, Bruselas, New York...
Le gusta conocer, le gusta escuchar,
le gusta gustar...
y por eso, de vez en cuando,
palpa la realidad en las calles
para encontrar la salsa de la vida
con la que aliñar sus personajes.
Dickens
y Adolfo ,
forjados en batallas cotidianas y grandes conocedores del mundo convulso en el que viven, les preocupa y les ocupa la realidad, el día a día, que plasman con precisión y crudeza.
Así comienza Historia de dos ciudades, 1859: Era el mejor de los tiempos,
era el peor de los tiempos,
la edad de la sabiduría, y también de la locura;
la época de las creencias y de la incredulidad;
la era de la luz y de las tinieblas;
la primavera de la esperanza
y el invierno de la desesperación.
Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada;
caminábamos en derechura al cielo
y nos extraviábamos por el camino opuesto.
En una palabra,
aquella
época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables
autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al
mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo…
Leer
a Dickens nos humaniza y engrandece.
Nos hace mejores, más justos...
Solidarios y
comprensivos con los más débiles y más críticos y exigentes con los
poderosos.
Charles Dickens, una mente privilegiada.
Adolfo Arenas Alonso, unas manos prodigiosas.
Con un mundo en blanco y negro
y una vida en color.
Harold está abducido,
y no para de admirar y mirar los cuadros.
A a cada ratito me ladra
un descubrimiento, una sensación...
dice que es un genio
y Harold nunca
se equivoca.
Cada dos semanas recibían los lectores de All the Year Round 2 capítulos del folletín Great Expectations o Grandes Esperanzas, que terminaban con tanta intriga que estaban ávidos de la llegada de nuevos capítulos.
...Cuenta la vida de Pip, lo que es y lo que aspira a ser, las sorpresas y sinsabores de sus 35
años de vida mezclándola magistralmente con su entorno social, cerrado y
clasista. Poblado de
personajes, intrigas, amores y desamores, pobreza, miseria, riqueza,
opulencia, gente despiadada frente a gente con ética y principios… una
descripción de la sociedad que le tocó vivir y a la que criticó sin
piedad. Charles Dickens, 1812-1870,
Este culebrón pasó de folletín a novela, a obra de teatro, a película...
Dirigida por David Lean. Un clásico de otro clásico, una belleza, una obra de arte...1946
Esta novela ha sido adaptada en más de 250 ocasiones. Puedes leerla gratis aquí...
Algunas
personas mueren y otras solo desaparecen. El novelista Charles
Dickens, por ejemplo, dejó este mundo en 1870 pero sigue estando aquí. Y
no solo porque obras suyas como David Copperfield, Cuento de Navidad,
Oliver Twist o Historia de dos ciudades, entre otras muchas, sean
clásicos imprescindibles en cualquier biblioteca que intente ser tomada
en serio, sino también porque la mayoría de sus temas característicos,
como la lucha de clases, la explotación infantil o la ineficacia de la
justicia, siguen de actualidad y porque sus personajes continúan entre
nosotros, con nombres diferentes pero con los mismos problemas. ¿O es
que no podrían estar dentro de Oliver Twist, junto a los niños
callejeros que
la protagonizan, esos otros niños reales que hoy son abandonados en
las calles de Grecia por sus familias, con la esperanza de que alguien
los alimente? ¿No nos recuerdan los convictos de La pequeña Dorrit,
presos en la cárcel de Marshalsea, a orillas del río Támesis, por no
poder pagar sus deudas, a los desahuciados que aquí y ahora, en la
España del siglo XXI, arrojan a la miseria los bancos cuando ya no
pueden pagar la hipoteca salvaje que tenían con ellos? ¿No nos hacen
pensar muchos de los métodos y teorías del neoliberalismo a los
del usurero Scrooge en
Cuento de Navidad o
a los del avaro Uriah Heep
en David Copperfield? Dickens
fue uno de los abanderados del realismo, junto a Balzac, Tolstói,
Stendhal o Benito Pérez Galdós, y un escritor social que denuncia en
sus libros las desigualdades que se producían en la Inglaterra
victoriana y especialmente el modo en que se explotaba a los
trabajadores para conseguir la industrialización del país. Su
contemporáneo Carlos Marx dijo de él que "en sus libros se proclamaban
más verdades que en todos los discursos de los políticos y los
moralistas de su época juntos".
Y sin ninguna duda, el autor de Grandes
esperanzas es la mejor prueba de que
Balzac estaba en lo cierto cuando
dijo que las buenas novelas son la historia privada de los países. Hoy
se cumplen 200 años de su nacimiento y nuestro mundo, por desgracia, se
parece en demasiadas cosas al suyo. Para comprenderlo, no hay más que
leer el principio de Historia de dos ciudades:
"Era el mejor de los
tiempos, era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría, y también
de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de
la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno
de la desesperación".
En Tiempos difíciles,
Dickens critica ácidamente las lamentables condiciones de vida de los
obreros ingleses y la desproporcionada distancia que había entre su
existencia y la de los ricos del país. Hoy, en plena crisis, con la
Bolsa en números rojos, los impuestos por las nubes y los sueldos por
los suelos; con los Gobiernos de Europa intentando llenar con dinero
público el pozo sin fondo del sistema financiero y las cifras del paro
creciendo en nuestro país hasta el borde del abismo, es muy posible que
el
lector se asombre al ver cómo esa novela publicada en 1854 describe
la actualidad. ¿O acaso el desequilibrio entre las miserables casas de
los proletarios que dibuja Dickens, frías, oscuras y casi sin muebles,
y las lujosas mansiones de los capitalistas, que consideran a sus
empleados simples bestias de carga, no es comparable al que hay entre
los salarios de los mileuristas y los sueldos astronómicos que se ponen
a sí mismos los directivos de los bancos, hoy día? La única diferencia
entre aquellos privilegiados y estos es que entonces se llamaban
utilitaristas y hoy se llaman neoliberales, y que unos citaban a Stuart
Mill y otros a Milton Friedman, pero nada más.
Cuando
Dickens retrata en Los papeles póstumos del club Pickwick, David
Copperfiel o La pequeña Dorrit a unos seres sin escapatoria y de la
familia de los pícaros españoles, el Lazarillo de Tormes, Rinconete y
Cortadillo o El buscón,
sabía de qué hablaba, porque él mismo había sufrido en su infancia los
latigazos de la miseria, cuando su padre estuvo tres meses encerrado
en la prisión de Marshalsea, por una deuda con un panadero que hoy
equivaldría a 3,50 euros y que hizo que él fuese enviado a trabajar en
una infernal fábrica de betún. Su batalla contra la injusticia ya
anticipaba el fracaso de un sistema que se basara en la explotación,
aunque sus advertencias a los poderosos fuesen voces en el desierto:
"¡Oh, economistas utilitarios", escribe, "comisarios de realidades,
elegantes incrédulos... si seguís llenando de pobres vuestra sociedad y
no cultiváis en ellos la esperanza, cuando hayáis conseguido
arrancar
de sus almas todo idealismo y ellos se encuentren a solas con su vida
desnuda, la realidad se convertirá en un lobo y os devorará". Se
equivocó, y no hace falta más que volver una vez más los ojos hacia la
Grecia de hoy, verá que los dos extremos siguen en su sitio: las
televisiones hablan de niños que a media mañana se desmayan en los
colegios a causa del hambre y los diarios dicen que mientras el país
solicitaba un rescate de la Unión Europea, sus potentados se llevaban a
Suiza más de 200.000 millones de euros. En el fondo, y como demuestran
de forma brutal las colas ante las oficinas del Inem y en los comedores
de beneficencia de nuestras ciudades, las novelas de Charles Dickens
son una constatación de hasta qué punto el capitalismo ha fracasado en
su búsqueda del famoso Estado de bienestar.
Otra de las obsesiones de Dickens es la
lentitud, ineptitud y en ocasiones
impureza del sistema judicial, que tiene su mejor expresión en Casa desolada,
donde se refleja la mezcla de incompetencia y prepotencia de una Corte
de la Cancillería que a algunos les podrá hacer pensar en ciertos
magistrados y causas de nuestra Audiencia Nacional y nuestro Tribunal
Supremo. O en Oliver Twist, donde se puede ver la forma en que la ley
es cuidadosa con los fuertes y abusiva con los débiles por el modo en
que el juez Fang insulta y castiga con desproporción a su desventurado
protagonista. O, una vez más, en Tiempos difíciles, donde el escritor
se burla de la incompetencia del
sistema y de su invento más perverso,
la burocracia, un laberinto sin salida simbolizado en un supuesto
Departamento del Circunloquio cuya función es "hacer lo que sea
necesario para que no se pueda hacer nada". En un país como España,
donde solo el 27% de los ciudadanos opina que los medios que el Estado
destina para garantizar la defensa jurídica son suficientes y la gran
mayoría piensa que funciona mal, está anticuada y es ininteligible, los
libros de Dickens siguen contando la verdad: nuestro mundo no ha
sabido mantenerse a flote porque no ha sabido ser ni solidario, ni
ecuánime, ni flexible, y al final se ha quedado sin respuestas.
En
junio de 1865, Dickens viajaba en un tren que sufrió un accidente
terrible cuando cruzaba un puente en obras. Los siete vagones que
precedían al suyo se despeñaron por un precipicio y él pasó horas
atendiendo a los heridos hasta que llegaron las ambulancias y pudo
ocuparse de regresar a su asiento y recuperar el manuscrito, aún sin
acabar, de su penúltima novela, Nuestro común amigo. No hay que tener
una gran imaginación para ver en esa escena una metáfora de esta Europa
que hoy descarrila poco a poco, primero Grecia, luego Irlanda, después
Portugal... Tal vez el derrumbe se detenga a tiempo, y los que nos
conducen a la catástrofe recuperen el sentido común igual que lo hizo
el tacaño señor Scrooge
en un cuento de Navidad, que al ver el negro
porvenir que le anunciaban los espíritus del Pasado, el Presente y el
Futuro, donde podía verse una tumba con su nombre y sin ninguna flor
encima, supo cambiar a tiempo y convertirse en un hombre generoso. Es
una parábola que, hoy más que nunca, merece la pena no olvidar.